El canon en el Antiguo Testamento, y su orden hebreo
El Tanakh, libros que comprenden la ley, los profetas y los escritos, contiene los mismos 39 libros del antiguo testamento aceptado por el cristianismo, pero ordenados en tres secciones y en 24 libros; a diferencia de los nuestros que están ordenados en cinco secciones:
1.La ley (Pentateuco
2.Historia (Josué a Ester)
3.Poesía y sabiduría (Job-Cantares)
4.Profetas mayores (Isaías a Daniel)
5.Profetas menores (Oseas a Malaquías)
La forma como están ordenados los 24 libros en el Tanakh, es:
1.La Ley (5 libros): Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.
2.Los Profetas (8 libros)
a.Primeros profetas, o anteriores: Josué, Jueces, Samuel y Reyes.
b.Profetas posteriores, Los mayores: Isaías, Jeremías y Ezequiel. Los menores, los doce establecidos en el orden que siguió la Vulgata Latina: Óseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías.
3.Los Salmos o Escritos (11 libros)
a.Poéticos: Salmos, Proverbios, Job.
b.Los cinco rollos: Cantares, Rut, Lamentaciones, Eclesiastés y Ester.
c.Tres libros históricos: Daniel, Esdras-Nehemías, Crónicas.
El contenido de este canon es el que nosotros conocemos y que figura en nuestras biblias actuales y cuyo original viene de los textos masoréticos. Solamente cambia su distribución y agrupación. Así los judíos contaban los dos libros de Reyes y de Crónicas, como una unidad, como también Esdras y Nehemías, que en nuestras ediciones tenemos como libros individuales.
La triple división del Tanakh, o canon hebreo, correspondía al parecer a la posición de sus autores y dependía también del uso litúrgico en el Templo. Los primeros cinco libros fueron escritos por Moisés. El fue el gran legislador hebreo, el primer profeta del pueblo de Israel. Los autores de la segunda división eran hombres que desempeñaban el oficio profético, para lo cual poseyeron el don de la profecía. Y los autores de la sección tercera eran siervos de Dios que tuvieron el don, pero no el oficio de profetas; es decir, hombres inspirados por Dios por lo importante de sus llamados, pero no profetas de oficio (David, Daniel, Salomón, etc.).
Esto es todo por los momentos, no se pierdan las próximas entregas..., las cuales juntas y ordenadas forman una gran entrega del Canon Bíblico.
Dios les bendiga grande y ricamente
Pastor Douglas Camarillo
Impartir la palabra de Dios, educar, informar, aclarar dudas, y crear foros de conversación que edifiquen nuestras vidas y cambien nuestros matrimonios, maduren nuestro carácter, etc., es la escencia de este blog. Bienvenidos…
26 de marzo de 2011
15 de marzo de 2011
El canon bíblico "Desarrollo 1"
El Canon en el antiguo testamento
El testimonio que Cristo Jesús nos dejó en sus palabras definió y consolido, definitivamente al canon hebreo, o cuerpo de los escritos del Tanakh. La aceptación de estos libros y su orden, consolidó la aprobación de los mismos por la incipiente Iglesia cristiana.
Juan 10:35.
“…La escritura no puede ser quebrantada”
En el libro de Lucas, Jesús reconoce las tres divisiones principales del canon hebreo.
Lucas 24:44
Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.
El antiguo testamento actual está compuesto por el orden canónico fijado en la asamblea que se celebró en Jamnia, Palestina, hacia los inicios del comienzo de la era cristiana, en el 90 dC.
Para este tema de la canonicidad del antiguo testamento existen dos grandes líneas del pensamiento al respecto del canon hebreo, la teoría tradicional o conservadora, y los relacionistas de alta crítica, o liberales. Estos últimos sostienen, entre otras cosas, que la ley fue canonizada en el 444 aC, los profetas 200 años después, y los escritos alrededor del 165-100 aC. Así mismo aseveran que el agrupar estos libros en tres grandes secciones: Ley, profetas y escritos; responde a una mera cuestión cronológica.
Historiadores así lo confirman:
“El testimonio de Josefo indica que el canon hebreo ya se había aprobado hace mucho tiempo, por el uso de los libros inspirados. Bruce Metzger en su libro: An introduction to the apócrifa (Una introducción a los apócrifos), p. 8, asevera que la asamblea de Jamnia meramente ratificó lo que la mayoría de las almas sensibles espiritualmente del judaísmo ya habían acostumbrado a considerar como escritura santa”. (Extracto tomado de la Página 99 del libro: Teología Evangélica, por Pablo Hoff)
Espero que el Señor los esté bendiciendo, tal como lo hizo conmigo, al caminar por estas páginas de la historia de nuestra Iglesia, fe, y de nuestra biblia.
Dios les bendiga grandemente.-
Pastor Douglas Camarillo
El testimonio que Cristo Jesús nos dejó en sus palabras definió y consolido, definitivamente al canon hebreo, o cuerpo de los escritos del Tanakh. La aceptación de estos libros y su orden, consolidó la aprobación de los mismos por la incipiente Iglesia cristiana.
Juan 10:35.
“…La escritura no puede ser quebrantada”
En el libro de Lucas, Jesús reconoce las tres divisiones principales del canon hebreo.
Lucas 24:44
Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.
El antiguo testamento actual está compuesto por el orden canónico fijado en la asamblea que se celebró en Jamnia, Palestina, hacia los inicios del comienzo de la era cristiana, en el 90 dC.
Para este tema de la canonicidad del antiguo testamento existen dos grandes líneas del pensamiento al respecto del canon hebreo, la teoría tradicional o conservadora, y los relacionistas de alta crítica, o liberales. Estos últimos sostienen, entre otras cosas, que la ley fue canonizada en el 444 aC, los profetas 200 años después, y los escritos alrededor del 165-100 aC. Así mismo aseveran que el agrupar estos libros en tres grandes secciones: Ley, profetas y escritos; responde a una mera cuestión cronológica.
Historiadores así lo confirman:
“El testimonio de Josefo indica que el canon hebreo ya se había aprobado hace mucho tiempo, por el uso de los libros inspirados. Bruce Metzger en su libro: An introduction to the apócrifa (Una introducción a los apócrifos), p. 8, asevera que la asamblea de Jamnia meramente ratificó lo que la mayoría de las almas sensibles espiritualmente del judaísmo ya habían acostumbrado a considerar como escritura santa”. (Extracto tomado de la Página 99 del libro: Teología Evangélica, por Pablo Hoff)
Espero que el Señor los esté bendiciendo, tal como lo hizo conmigo, al caminar por estas páginas de la historia de nuestra Iglesia, fe, y de nuestra biblia.
Dios les bendiga grandemente.-
Pastor Douglas Camarillo
1 de marzo de 2011
El canon bíblico "Introducción 2"
En la primera parte de la introducción les hablaba del concepto y los origenes de la palabra CANON; asi como tembien fuimos entrando en algunos detalles sucedidos en la historia, para que usted y yo "HOY EN DÍA" podamos tener y leer la biblia con libertad.
Aquí la ultima parte de la introducción al Canon Bíblico:
La Iglesia reconoció como “Canónicos” únicamente aquellos libros que reunieran ciertas y especificas características, propias de todo escrito portador de la revelación divina. Debían estar escritos o dichos por un profeta o alguien con un don profético, ya que se trataba de revelación divina. Debían ser escritos para todas las generaciones y para todos los tiempos y debía concordar con las escrituras anteriormente reconocidas.
Observaban importantes áreas de análisis:
1.Inspiración divina
2.El testimonio de los profetas o “Profetismo”, para el AT
3.El testimonio o sello de los apóstoles o “Apostolicidad”
4.La unidad en la doctrina
5.La autenticidad
El principio comúnmente usado para aceptar un libro del nuevo testamento, era la tradición histórica de poseer sello apostólico. Pero debemos entender claramente que por esta apostolicidad no se quiere decir siempre que el autor haya sido un apóstol. Está claramente establecido que cuando éste era el caso no había dudas, porque desde muy temprano la rúbrica apostólica fue identificada con la canonicidad. Hubo dudas y se demoraron varios libros o secciones de la biblia, en ser aceptados como apostólicos y canonizados: la epístola a los hebreos, Santiago, Judas, 2da de Pedro, 2 y 3 de Juan y Apocalipsis.
El principio de canonicidad no es estrictamente la paternidad literaria apostólica de un escrito, sino la imposición que los apóstoles hacen del mismo. De ahí que el nombre que Tertuliano usara para canon sea “instrumentum”; él hablaba del Antiguo y Nuevo Instrumento como nosotros nos referimos al Antiguo y Nuevo Testamento. Hebreos era cuestionado en occidente por el desconocimiento de su autor, aunque en oriente se hidalga su autoría al apóstol Pablo, eruditos bíblicos han concluido, entre otros comentarios, que ni la estructura literaria, desarrollo, vocabulario, forma de presentarse, etc., pertenecen a Pablo.
Santiago fue demorado en ser reconocido por su fuerte carga legalista y por falta de autoría apostólica. Con la 2da epístola de Pedro la diferencia de estilo y de vocabulario, en comparación con la primera, bien le costó su demora. 2da y 3ra de Juan se cuestionaban por su brevedad y por la poca trascendencia de su contenido. La epístola de Judas, por su parte, carecía de autoridad apostólica, y finalmente el libro de apocalipsis se retraso en gran manera por lo fuerte y profundo de su contenido, y por las diferencias radicales que tiene con el evangelio según Juan.
Nadie niega que los apóstoles aplicaran el Antiguo Testamento a la Iglesia, como su instrumento o regla. Al imponer nuevos libros a las iglesias que fundaban, por la misma autoridad apostólica, no se limitaron a libros de su propia redacción.
Es el evangelio de Lucas, un hombre que no era apóstol ni caminó con Jesús, el que Pablo coloca paralelamente en 1Timoteo 5:18 con Lucas 10:7 y Deuteronomio 25:4”, lo cual le da validez.
Los Evangelios, que constituían la primera parte de los Nuevos libros “Los Evangelios y los Apóstoles”, fue el primer título que recibió el Nuevo Testamento. Según Justino, fueron “escritos por los apóstoles y sus compañeros”.
“La autoridad de los apóstoles se hallaba en los libros que entregaron a la Iglesia como regla, no sólo en los que ellos mismos escribieron, las comunidades primitivas recibieron en su Nuevo Testamento todos los libros que llevaban evidencias de haber sido dados por los apóstoles a la iglesia como código de ley; y no deben desorientarnos las vicisitudes históricas de la lenta circulación de algunos de estos libros, como si la lenta circulación significara lenta canonización, por una parte de las Iglesias” (Benjamín B. Warfield, The lnspiration and Authority of the Bible, 1960, PP.415, 416).
Gracias y que Dios les bendiga
Pastor Douglas Camarillo
Aquí la ultima parte de la introducción al Canon Bíblico:
La Iglesia reconoció como “Canónicos” únicamente aquellos libros que reunieran ciertas y especificas características, propias de todo escrito portador de la revelación divina. Debían estar escritos o dichos por un profeta o alguien con un don profético, ya que se trataba de revelación divina. Debían ser escritos para todas las generaciones y para todos los tiempos y debía concordar con las escrituras anteriormente reconocidas.
Observaban importantes áreas de análisis:
1.Inspiración divina
2.El testimonio de los profetas o “Profetismo”, para el AT
3.El testimonio o sello de los apóstoles o “Apostolicidad”
4.La unidad en la doctrina
5.La autenticidad
El principio comúnmente usado para aceptar un libro del nuevo testamento, era la tradición histórica de poseer sello apostólico. Pero debemos entender claramente que por esta apostolicidad no se quiere decir siempre que el autor haya sido un apóstol. Está claramente establecido que cuando éste era el caso no había dudas, porque desde muy temprano la rúbrica apostólica fue identificada con la canonicidad. Hubo dudas y se demoraron varios libros o secciones de la biblia, en ser aceptados como apostólicos y canonizados: la epístola a los hebreos, Santiago, Judas, 2da de Pedro, 2 y 3 de Juan y Apocalipsis.
El principio de canonicidad no es estrictamente la paternidad literaria apostólica de un escrito, sino la imposición que los apóstoles hacen del mismo. De ahí que el nombre que Tertuliano usara para canon sea “instrumentum”; él hablaba del Antiguo y Nuevo Instrumento como nosotros nos referimos al Antiguo y Nuevo Testamento. Hebreos era cuestionado en occidente por el desconocimiento de su autor, aunque en oriente se hidalga su autoría al apóstol Pablo, eruditos bíblicos han concluido, entre otros comentarios, que ni la estructura literaria, desarrollo, vocabulario, forma de presentarse, etc., pertenecen a Pablo.
Santiago fue demorado en ser reconocido por su fuerte carga legalista y por falta de autoría apostólica. Con la 2da epístola de Pedro la diferencia de estilo y de vocabulario, en comparación con la primera, bien le costó su demora. 2da y 3ra de Juan se cuestionaban por su brevedad y por la poca trascendencia de su contenido. La epístola de Judas, por su parte, carecía de autoridad apostólica, y finalmente el libro de apocalipsis se retraso en gran manera por lo fuerte y profundo de su contenido, y por las diferencias radicales que tiene con el evangelio según Juan.
Nadie niega que los apóstoles aplicaran el Antiguo Testamento a la Iglesia, como su instrumento o regla. Al imponer nuevos libros a las iglesias que fundaban, por la misma autoridad apostólica, no se limitaron a libros de su propia redacción.
Es el evangelio de Lucas, un hombre que no era apóstol ni caminó con Jesús, el que Pablo coloca paralelamente en 1Timoteo 5:18 con Lucas 10:7 y Deuteronomio 25:4”, lo cual le da validez.
Los Evangelios, que constituían la primera parte de los Nuevos libros “Los Evangelios y los Apóstoles”, fue el primer título que recibió el Nuevo Testamento. Según Justino, fueron “escritos por los apóstoles y sus compañeros”.
“La autoridad de los apóstoles se hallaba en los libros que entregaron a la Iglesia como regla, no sólo en los que ellos mismos escribieron, las comunidades primitivas recibieron en su Nuevo Testamento todos los libros que llevaban evidencias de haber sido dados por los apóstoles a la iglesia como código de ley; y no deben desorientarnos las vicisitudes históricas de la lenta circulación de algunos de estos libros, como si la lenta circulación significara lenta canonización, por una parte de las Iglesias” (Benjamín B. Warfield, The lnspiration and Authority of the Bible, 1960, PP.415, 416).
Gracias y que Dios les bendiga
Pastor Douglas Camarillo
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